05-11-2015, 10:23
En este artículo, veremos el papel que tiene la actividad física sobre la insuficiencia venosa crónica, enfocándonos principalmente en su manifestación más frecuente, la flebectasia ovarices. Las varices no se tratan simplemente de un problema estético, sino de una enfermedad que debe tomarse muy en serio. Además, esta enfermedad adquiere una gran importancia en nuestra sociedad, generando una gran repercusión laboral y un elevado gasto médico. En 2009, se calcula que aproximadamente 2.500.000 personas presentan varices en España.
Para intentar entender en qué consisten y cómo se producen las varices, vamos a explicarlo brevemente. En primer lugar, decir que las varices se producen comúnmente en las extremidades, y de forma más habitual en las piernas. En ellas, debemos diferenciar el sistema venoso profundo y el sistema venoso superficial, pues bien, las varices tienen lugar en este último. Estas se forman a partir de la debilidad del tejido conjuntivo (venas), esta debilidad favorece que la presión sanguínea dilate las venas, esto hace que el sistema valvular falle (este sistema se encarga de dirigir la sangre hacia el corazón, venciendo la fuerza de la gravedad debido a nuestra posición bípeda) y a consecuencia de esto la sangre tiende a acumularse en los tejidos. Además, la pared de los vasos cede, deformándose y adquiriendo un aspecto serpenteante tan característico de las varices.
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![[Imagen: varices01.jpg]](http://buenaforma.org/wp-content/uploads/2013/11/varices01.jpg)
Para intentar entender en qué consisten y cómo se producen las varices, vamos a explicarlo brevemente. En primer lugar, decir que las varices se producen comúnmente en las extremidades, y de forma más habitual en las piernas. En ellas, debemos diferenciar el sistema venoso profundo y el sistema venoso superficial, pues bien, las varices tienen lugar en este último. Estas se forman a partir de la debilidad del tejido conjuntivo (venas), esta debilidad favorece que la presión sanguínea dilate las venas, esto hace que el sistema valvular falle (este sistema se encarga de dirigir la sangre hacia el corazón, venciendo la fuerza de la gravedad debido a nuestra posición bípeda) y a consecuencia de esto la sangre tiende a acumularse en los tejidos. Además, la pared de los vasos cede, deformándose y adquiriendo un aspecto serpenteante tan característico de las varices.
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